viernes, 7 de septiembre de 2007

El Caos y la Organización Inteligente
Julián Garrido

En la vida cotidiana, la palabra caos se confunde con desorden, anarquía, desorganización, sin embargo, en la ciencia se ha estudiado este fenómeno y se ha reconocido la importancia que tiene para la formación de organizaciones o sistemas complejos. La Teoría de los Sistemas Dinámicos o mejor conocida como la Teoría del Caos (orden dentro del desorden) es una disciplina relativamente reciente que consiste en el estudio de los sistemas complejos. Esta disciplina, que está dando explicación al orden creciente en el universo como sistema, no considera el caos como desorden, sino como predecesor del orden. Se fundamenta en la inestabilidad inicial presente en los sistemas complejos y uno de sus principios es el de la “sensibilidad a las condiciones iniciales”. Un sistema, como el clima por ejemplo, es caótico porque es sensible a variables tan insignificantes como el aleteo de una mariposa (efecto mariposa), aleteo que puede originar una tormenta a miles de kilómetros, es decir, en el clima incide un número incalculable de variables (incluyendo el azar) que es imposible de medir en forma exacta y por ello es ilusorio conocer el estado futuro del sistema con precisión, es por ello que nos conformamos sólo con hacer pronósticos de esa situación.

Dentro de la gerencia emerge cada vez se más el paradigma de la Ciencia de la Complejidad o de los Sistemas Complejos que se Adaptan y que se origina de la Teoría del Caos, pero esta vez aplicado a los sistemas “orgánicos” en los cuales resalta la interconectividad, inestabilidad, la autoorganización y la impredicibilidad futura como la organización.

En una organización social (club, empresa, instituto, fundación) existe una estructura formal que se corresponde con lo establecido en los estatutos, normas y reglamentos que la rigen. En esa estructura generalmente se encuentra una escala jerárquica en forma piramidal donde la comunicación o la información fluyen en una dirección vertical, su característica más apreciable es la rigidez en asimilar los cambios del entorno. Por otro lado, en esa misma organización, existe una estructura informal producto de la interacción de sus elementos. Allí se producen interconexiones no preestablecidas creadas por la necesidad de comunicación interna y externa originándose una organización con una geometría fractal. Por ejemplo, puede ser más expedita la comunicación directa entre dos oficinas (un mensaje de texto, una llamada, un correo, ¡un silbido y una seña!) sin los pasos burocráticos establecidos en el manual de funciones, lográndose así una repuesta más directa.

Esa organización informal se puede comparar con un río, que canalizado adecuadamente, en un momento dado puede desbordarse dando origen a decenas o cientos de riachuelos los cuales fluyen al destino inicial de la canalización, aparentemente en forma desordenada o caótica. Esos riachuelos conforman un sistema complejo, donde cada uno de sus elementos pareciera no tener relación con el otro, pero vistos en forma integral se organizan de manera lógica y ordenada, cumpliéndose el dicho “el río siempre busca su cauce”.

En un estudio en la Universidad de Rovira i Virgili de Tarragona y la Universidad de Barcelona sobre el rastro digital de los correos electrónicos intercambiados por el personal de esta última, que gráficamente representa una geometría fractal, dicen los investigadores “desde un punto formal y perfectamente estructurado, la institución o el grupo social tienden a autoorganizarse en comunidades siguiendo un principio similar al de mínima energía” y agregan “La solución a un problema no siempre se encuentra siguiendo el orden jerárquico o un esquema preestablecido, sino, a dar con el camino más corto o la línea más recta”.

Una organización inteligente reconoce esa organización informal como “un cauce natural” y utiliza todas las herramientas gerenciales para adaptarse a ella en forma dinámica. Transforma rápidamente las amenazas en oportunidades y las debilidades en fortalezas. Esta organización es capaz de realizar rediseños organizacionales espontáneos potenciados por una complejidad o interconectividad creciente. Cada vez que se adapta a la estructura informal más eficiente es y tiene mayores posibilidades de ser exitosa. Además cuenta con sistemas laborales de alto rendimiento, mayor autonomía y proactividad en su equipo de trabajo y sobre todo el ¡aprendizaje organizacional! como matriz epistémica.